La opinión pública y todo lo que no se dice

societyActualmente los bloggers, vloggers y en general todo este fenómeno en el internet está teniendo muchísimo peso en la cultura y sociedad y ya lleva bastante tiempo convirtiéndose en la voz de muchos. Es muy fácil compartir algo y que se convierte en cadena o algo viral. Ya la publicidad no es tan difícil, pues la gente participa con las redes sociales y se realizan encuestas, las cuales no te das cuenta realmente que lo son, para determinar la tan sonada “opinión pública”.

Mi punto de vista reside en estar de acuerdo con Walter Lippmann, crítico de medios y filósofo estadounidense, que propone una teoría que nos habla de la existencia de un pseudoambiente, en el que crees que controlas todo y que sabes lo que escoges, pero en verdad todo ya está establecido. Para adentrarnos más en esto, es como una realidad paralela, creada por los medios, para qué nosotros reaccionemos a ella y actuemos en consecuencia de la misma, respondiendo con una imagen distorsionada del mundo real, basando todas las decisiones en algo que no existe. Estás escogiendo algo dentro de las opciones que se te ofrecen, previamente seleccionadas para que todos estemos en la misma página. Esto no es un proceso fácil, es mejor pensado de lo que creemos, para que sigamos engañándonos a nosotros mismos y creamos que tenemos poder en lo que decidimos, cuando en realidad no tenemos ni el más mínimo control.

Los medios de comunicación no te dicen cómo debes de pensar, más bien te dan en que pensar. Eso es un movimiento muy inteligente de su parte. Retomando lo que propone Lippmann, nos convertimos en un público fantasma, en “zombies” que no pensamos, no generamos nuevas ideas ni información, solo la recibimos, así como viene y muchas veces sin cuestionarnos, deteniendo así la retroalimentación de información y por ende la opinión pública libre.

En mi opinión (vaya redundancia) creo que muchos prefieren aceptar el hecho de que se está de acuerdo con lo que pasa, sin un cambio, sin hacer notar nuestra opinión hasta que ya ven que no hay salida. El problema con la opinión pública en México es que hay conformidad. Hay mediocridad. Culpamos a la sociedad, cuando en realidad nosotros somos esa sociedad. Siempre se acepta lo que se ofrece, como mencionaba anteriormente, justo como un público y sociedad zombie, para después esperar al último minuto ya que las cosas no van bien, para quejarnos y para hacer revueltas, marchas, movimientos y demás; siendo que cuando pudimos haber alzado la voz, la callamos, ya sea por no escuchar o por no atreverse a opinar solo por el miedo de ir en contra de lo que se supone es “la opinión pública”. Todo es un círculo vicioso.

Retomando lo que mencionaba en un principio, las redes sociales llevan las de ganar, ya que es una plataforma donde todos pueden participar, todos pueden compartir, la información llega más rápido y existe la peculiaridad que la sociedad misma se hace llamar “periodistas ciudadanos”. Yo no estoy de acuerdo con que puedan ser denominados periodistas, ya que están lejos de tener las responsabilidades y formación de uno verdadero, más si entiendo que ese concepto pueda serles otorgado ocasionalmente, pues es muy fácil reportar algo y subirlo a la red, sin averiguar más. Algo que las redes sociales probablemente nunca llegarán a tener al 100% (hablando de emisión de noticias) es credibilidad. Tanta información, tantos usuarios y tanta facilidad de crear rumores, artículos falsos y exagerar las cosas, dificultan y hacen casi, si no es que completamente, imposible el tener fuentes fidedignas en la red.

La sociedad muchas veces no sabe cómo procesar la información, ni que pensar ni decidir, es por eso que muchas entidades pueden llegar a manipular la información y a la sociedad en sí, dependiendo exclusivamente de sus intereses. La opinión pública debería ser abierta, clara, precisa y fuerte. Nada debería influir en ella, se supone que es por eso que se llama opinión, para que sea diferente según el raciocinio de cada quién, y pública, porqué es lo que la mayoría quiere y piensa, después de haber razonado y evaluado las opciones disponibles. Yo, como autora de mi propio blog y como futura comunicóloga, tengo la creencia de que podemos llegar a tener una opinión pública libre, sin ataduras, sin conveniencias y por qué no, sin filtro alguno. Luchen por encontrar su voz, por qué entre más tardemos en empezar, es menos probable que la encontremos.

«Los ojos son inútiles, cuando la mente es ciega»

– Anónimo

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